En el ámbito empresarial, el término “subrogación laboral” es ampliamente utilizado, especialmente por empresas medianas y grandes debido a la frecuencia con la que gestionan los cambios en las estructuras internas.

La subrogación laboral podría definirse como el traspaso de una empresa a otra, manteniendo las relaciones laborales con los trabajadores. Pero, ¿cómo funciona realmente este cambio y qué implicaciones tiene tanto para los trabajadores como para la nueva empresa?

¿Qué es la subrogación laboral?

La subrogación laboral es el proceso mediante el cual una empresa pasa a ser gestionada por otra persona o empresa. Este cambio suele producirse cuándo hay una compraventa, fusión o traspaso empresarial.

Uno de los principios fundamentales de la subrogación laboral es garantizar la continuidad de las relaciones laborales, de modo que los trabajadores no vean afectadas sus condiciones laborales. Es decir, a pesar del cambio de empleador, los derechos y obligaciones de los trabajadores se mantienen intactos, asegurando su estabilidad en el puesto de trabajo.

En términos sencillos, una subrogación laboral ocurre cuándo existe un cambio de empleador, pero los trabajadores continúan en sus puestos de trabajo como si nada hubiera cambiado.

Es importante no confundir la subrogación laboral con la subrogación de préstamos o hipotecas. Mientras que la laboral se refiere al traspaso de trabajadores, la subrogación hipotecaria implica cambiar las condiciones de un préstamo o sustituir al acreedor o deudor. Son conceptos distintos, aunque ambos compartan el término “subrogación”.

Diferentes tipos de subrogación laboral

Existen varios tipos de subrogación que se clasifican según el origen de la obligación por la que se ha realizado el cambio:

  • Subrogación legal: Ocurre cuando hay un cambio de titularidad de una empresa, y la nueva empresa asume también a los trabajadores, manteniendo los derechos y obligaciones laborales ya existentes. Se regula por el art. 44.1 del Estatuto de los Trabajadores en España, que expresa lo siguiente:

“El cambio de titularidad de una empresa, de un centro de trabajo o de una unidad productiva autónoma no extinguirá por sí mismo la relación laboral, quedando el nuevo empresario subrogado en los derechos y obligaciones laborales y de Seguridad Social del anterior, incluyendo los compromisos de pensiones, en los términos previstos en su normativa específica, y, en general, cuantas obligaciones en materia de protección social complementaria hubiere adquirido el cedente.”

  • Subrogación por convenio colectivo: Ocurre cuando un convenio colectivo establece que, en determinados casos (por ejemplo, en sectores de limpieza o jardinería), debe mantenerse el personal si hay una cambio de empresa contratista. Está pactada en el convenio y puede tener condiciones específicas, pero se rige por el art. 44 del Estatuto de los Trabajadores.
  • Subrogación contractual: Ocurre cuando entre dos empresas hay un contrato que incluye cláusulas de subrogación que obligan a la nueva empresa a asumir al personal.

¿Cuándo se produce una subrogación laboral?

La subrogación laboral se produce cuándo hay un cambio de empleador, siempre que se mantenga la actividad empresarial con los mismos trabajadores. Esta situación puede originarse por diversas causas, entre ellas:

Cambio de titularidad de la empresa por jubilación

Es uno de los escenarios más comunes en pequeñas y medianas empresas, especialmente en negocios familiares. 

Suele ocurrir cuando el propietario se jubila, fallece o simplemente decide ceder o transferir su empresa a otra persona o entidad. Siempre que la actividad continúe y existan trabajadores con contratos en vigor, la empresa entrante debe subrogarlos.

Para la subrogación laboral no es relevante si es un cambio de titularidad por herencia, donación o venta, siempre que se cumplan las condiciones mencionadas anteriormente.

Compra, venta o traspaso

Cuando una empresa es vendida o traspasada a un nuevo titular, ya sea en un momento de expansión, crecimiento o como parte de una estrategia comercial, los trabajadores también forman parte del “activo” que se transfiere. 

En estos casos, la subrogación laboral garantiza que los empleados mantengan su puesto de trabajo bajo el nuevo propietario. No solo deben mantener su puesto de trabajo, también sus derechos y obligaciones.

Absorción o fusión con otra empresa

Se produce cuando una empresa es absorbida por otra, generalmente de mayor tamaño, como parte de un proceso de reestructuración empresarial. 

Este tipo de subrogación es muy habitual en sectores como el bancario o el tecnológico, donde las fusiones y adquisiciones son frecuentes. Un ejemplo reciente sería la fusión por absorción de Bankia y CaixaBank, dos grandes bancos españoles, en el año 2021.

Como en los casos anteriores, los trabajadores de la empresa absorbida pasan a formar parte de la plantilla de la empresa que la integra, conservando sus derechos laborales.

Finalización de un contrato de servicios

En sectores donde los servicios están externalizados, como limpieza, seguridad, mantenimiento o atención domiciliaria, es habitual que, al finalizar el contrato con la empresa del servicio, una nueva empresa lo asuma mediante licitación. 

Si así lo establece el convenio colectivo del sector, esta nueva empresa está obligada a subrogar al personal que había estado prestando el servicio, garantizando así la continuidad laboral de los trabajadores.

Consecuencias de la subrogación laboral para los trabajadores

Si la subrogación laboral se realiza correctamente y el nuevo empleador respeta las condiciones y los derechos de los trabajadores adquiridos, no tendría que existir ningún cambio sustancial para el trabajador.

En términos generales, la subrogación no supone ni la pérdida del empleo ni el inicio de una nueva relación laboral, simplemente un cambio de empleador.

Una subrogación mal gestionada puede tener graves consecuencias: reclamaciones laborales, sanciones o conflictos colectivos. 

Es esencial que la empresa actúe conforme a la ley, y respete los convenios aplicables, con la máxima transparencia durante el proceso. Si esto no sucede, los trabajadores están en su derecho de reclamar y actuar por la vía judicial.

Para los casos dónde la reclamación interna no ha funcionado, lo más recomendable es contratar un abogado en conjunto, que pueda llevar el caso de todos los trabajadores.

Qué implica este cambio para una empresa

Cuando una empresa asume a los trabajadores de otra mediante una subrogación laboral, adquiere una serie de obligaciones legales, económicas y organizativas. 

No se trata simplemente de una incorporación de personal, también significa asumir responsabilidades previas y dar continuidad a una relación laboral ya establecida.

En este tipo de cambios empresariales, surgen muchos conflictos entre los trabajadores y el nuevo empleador, sobre todo cuándo existe una mala gestión del proceso. Por ello, es importante conocer bien la normativa y actuar con responsabilidad desde ambas partes.

Obligaciones de la empresa subrogante

Cuando una empresa asume a trabajadores a través de una subrogación laboral, adquiere una serie de obligaciones legales que garantizan la continuidad y estabilidad de las relaciones laborales. Las principales son:

  • Mantener las condiciones laborales previas, incluyendo salario, complementos, jornada, vacaciones, entre otros
  • Respetar la antigüedad del trabajador
  • Continuar con el mismo contrato de trabajo
  • Asumir beneficios adicionales, si existieran (como seguros médicos, pluses o incentivos)
  • Mantener el convenio colectivo, siempre que legalmente corresponda

También existen una serie de recomendaciones que pueden ayudar a que este proceso sea más cómodo y sencillo para los trabajadores. Por ejemplo, la integración del personal subrogado mediante reuniones y ajustes internos en los departamentos o procedimientos. 

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