En España tienen contratado un seguro de decesos más de 22 millones de personas. Pero no todas pagan lo mismo. El precio varía en función del sexo, de la edad, del tipo de seguro, de las coberturas y del lugar de residencia. Cuanto más mayor es el asegurado, más sube la prima. Además, los costes de los entierros varían mucho entre ciudades.
Qué cubre un seguro de decesos
De todas formas, el seguro de decesos es uno de los más baratos. Sobre todo, si solo contrata las coberturas básicas. Por regla general, la póliza incluye: el tanatorio, el ataúd (o la urna en caso de incineración), las flores, el coche fúnebre, las esquelas, el coche de acompañamiento, el servicio religioso, los gastos del cementerio, el nicho, la lápida, la incineración o inhumación, la repatriación del cuerpo si el asegurado fallece en el extranjero y los trámites burocráticos que implica un fallecimiento. Estos van desde la obtención del certificado de defunción hasta la inscripción del fallecimiento en el Registro Civil o la solicitud del certificado de últimas voluntades.
Aparte, muchas aseguradoras ofrecen coberturas complementarias, entre las que se encuentran seguros médicos y dentales, asistencia jurídica, indemnización en caso de accidente o asistencia en viaje. Optar por unas u otras incrementará la prima en mayor o menor medida.
Cómo funciona un seguro de decesos
Los seguros de decesos pueden ser contratados por cualquier persona mayor de edad, pero en la póliza también se puede incluir a los niños. Sí que hay un límite máximo de edad, pero este lo pone cada aseguradora (pueden ser 65, 70 u 80 años).
En cuanto a su contratación, es tan sencilla como pedir un presupuesto, aceptarlo, presentar el DNI y firmar la póliza. Normalmente ni siquiera hace falta pasar un reconocimiento médico. Después, el asegurado deberá pagar el recibo que le pasen de forma periódica y guardar siempre el justificante del último recibo pagado junto con el contrato.
Tipos de seguros de decesos
Normalmente hablamos de seguro de decesos en general, pero lo cierto es que existen diferentes tipos. Estos son los más frecuentes:
- Seguro de decesos a prima natural: el asegurado paga poco mientras es joven, pero el precio va subiendo gradualmente según va cumpliendo años. Una variante de esta es la prima seminatural, en la que el precio aumenta cada 5 años.
- Seguro de decesos a prima nivelada: lo que hacen las compañías es hacer una estimación de la esperanza de vida del asegurado y establecer una prima fija. Los asegurados más mayores pagan menos de lo que les correspondería con otro tipo de seguros, pero cuando son jóvenes también pagan más.
- Seguro de decesos a prima mixta: es una combinación de los dos anterior. El asegurado paga poco durante los primeros años, pero el precio se dispara llegada una determinada edad (a los 65 años más o menos). En este caso es muy importante conocer a qué edad se va a nivelar la póliza y cuál va a ser su coste.
- Seguro de decesos vitalicio: también llamado a prima única. Este está pensado para las personas mayores de 65/70 años que no tenían contratada esta póliza y que ahora no pueden hacerlo por su edad. Abonan una cantidad determinada en un único pago y así se aseguran de que su familia no tendrá que correr con los gastos de su entierro.
- Seguro de decesos de repatriación: lo pueden contratar las personas extranjeras que vivan en España pero que quieran ser enterradas en sus países de origen. El límite máximo suelen ser 79 años.
Ventajas de los seguros de decesos
Después de todo lo indicado, las ventajas de contar con un seguro de decesos parecen claras. Resumiendo, cuando usted contrata esta póliza, está liberando a su familia de la carga económica de su entierro (el coste medio en España oscila entre los 3.500 y los 6.000 euros) y del estrés de tener que realizar los trámites administrativos asociados a su fallecimiento.
Además, su coste es más bajo que el de otros seguros. No obstante, si quiere, siempre puede contratar coberturas adicionales.