La gestión eficiente del flujo de caja es un pilar fundamental para garantizar la sostenibilidad y el crecimiento de cualquier negocio. En este escenario, aparecen dos grandes protagonistas: el factoring y el confirming. Aunque ambos servicios permiten a las empresas acceder a fondos antes de los plazos de pago habituales, sus enfoques y aplicaciones son notablemente distintos. 

¿Qué es el factoring?

El factoring es una solución que te permite obtener liquidez inmediata vendiendo tus cuentas por cobrar. 

Imagina que tienes una empresa y has hecho una venta genial: productos o servicios que ya entregaste a tus clientes. Pero hay un detalle: esos clientes no te pagan al momento, sino que te dicen “Oye, te pagamos en 30, 60 o 90 días”. 

Esas facturas pendientes son como dinero que tienes ahí, pero que no puedes usar todavía. Aquí es donde entra el factoring. Se lo llevas a una entidad financiera como un banco o una empresa especializada y lo que hacen es simple: te compran esas facturas. Pagan el importe de inmediato, quitando una pequeña comisión por el servicio, y tú ya tienes el dinero en la mano para lo que necesites: pagar a tus proveedores, invertir en algo nuevo o simplemente tener más liquidez en tu negocio. Así, por una comisión, no tienes que esperar a que tus clientes te paguen.

¿Y qué es el confirming?

Por otro lado, el confirming es un servicio enfocado en optimizar tus pagos a proveedores. En este caso, lo que se busca es mejorar la relación con ellos al facilitarles el acceso a liquidez de forma anticipada

Imagina que tú eres el proveedor: has entregado mercancías o servicios a una empresa grande y, como siempre, te toca esperar el plazo acordado para que te paguen. El confirming (o pago a proveedores) es algo que esa empresa grande pone en marcha para ayudarte. Ellos contratan a una entidad financiera para gestionar los pagos a sus proveedores, o sea, a ti. Entonces, te llega una opción: si quieres, puedes cobrar tu factura antes de la fecha de vencimiento a través de nosotros, pagando una pequeña comisión. La clave aquí es que no eres tú quien busca el servicio, sino que es tu cliente (la empresa que te debe el dinero) quién lo organiza y te lo ofrece.

Las diferencias clave entre factoring y confirming

Para que lo tengas súper claro, vamos a resumirlo en unas líneas:

  • Factoring: Eres tú, como empresa que ha emitido facturas, quien decide venderlas a una entidad financiera (nosotros) para cobrar antes. La iniciativa es tuya porque quieres el dinero ya.
  • Confirming: Es tu cliente (la empresa que te debe dinero) quien contrata el servicio con nosotros para que tú, como proveedor, tengas la opción de cobrar antes. Aquí la iniciativa viene de ellos.

En ambos casos, el resultado es que mejoras tu liquidez y manejas mejor tu flujo de caja a cambio de una comisión, pero el proceso y quién lo pone en marcha son distintos.

En definitiva

Tanto el factoring como el confirming ofrecen soluciones efectivas para optimizar la liquidez, pero su elección depende de factores como quién toma la iniciativa (tú o tu cliente) y cómo prefieres gestionar tus cobros o pagos anticipados. El factoring te da el control para convertir tus facturas en efectivo de inmediato, mientras que el confirming te beneficia si tus clientes ya han implementado este servicio para agilizar los pagos.

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